Autor: Claire Keegan
Género: Novela narrativa
Editorial: Eterna Cadencia
N de Páginas: 96
I.S.B.N.: 9789877122404
Año: 2021
Invierno de 1985 en un pequeño pueblo irlandés. Bill Furlong es un hombre amable y un trabajador infatigable, vende carbón y madera. Su única preocupación es que a su esposa y a sus cinco hijas no les falte nada. Lleva una vida tranquila y rutinaria, hasta que un día, mientras entrega un pedido en el convento del pueblo, se involucra en una situación que le devuelve otra imagen de su pasado, dejándolo en medio de una encrucijada definitiva: por un lado, seguir su instinto de autopreservación y mirar hacia abajo, por el otro, actuar con coraje y hacer lo correcto, sin importar las consecuencias.
Existen libros que, aun siendo breves, se te quedan dentro mucho tiempo después de cerrar la última página. Cosas pequeñas como esas, de Claire Keegan, es uno de ellos. Ambientada en un pequeño pueblo irlandés durante la Navidad de 1985, la historia se supone sencilla: un hombre común, Bill Furlong, reparte carbón mientras enfrenta el peso de la rutina, el frío y los silencios de una comunidad marcada por la hipocresía. Pero debajo de esa superficie calma se esconde una historia sobre la conciencia, la culpa y el valor de hacer lo correcto, incluso cuando nadie más lo hace.
«¿Por qué las cosas que estaban más cerca eran a menudo las más difíciles de ver?».
Keegan escribe con una precisión admirable. Cada frase contiene un temblor, una
mirada o una emoción contenida. Es una prosa que confía en el lector, que dice mucho sin decirlo todo. Lo que más me impresionó es cómo, en apenas cien páginas, logra construir un universo entero (pobreza, religión, familia y el peso del pasado) dejando una pregunta moral que no se resuelve fácilmente.
«Se preguntó si tenía sentido vivir sin ayudarnos unos a otros».
Bill Furlong no es un héroe épico, sino alguien profundamente humano. Su bondad se siente frágil, silenciosa, pero también transformadora. En un mundo donde mirar hacia otro lado parece más fácil, Keegan nos recuerda que las pequeñas decisiones, aparentemente mínimas, pueden cambiarlo todo.
«¿Adonde nos lleva pensar? Para lo único que sirve pensar, es para deprimirse. Si quieres triunfar en la vida hay cosas que debes ignorar para poder seguir adelante».
Cuando terminé este libro, no pude evitar pensar en el poder que tienen los gestos simples, en la dignidad y en la compasión que todavía pueden existir, incluso en los lugares más oscuros.
Absolutamente recomendable.
Mi calificación para este libro es: 4/5


