Editorial: Seix Barral
N de Páginas: 256
I.S.B.N.: 9786316508706
Año: 2023
Narrada desde una singular y desgarradora voz en primera persona, La mala costumbre recorre la adolescencia de una niña atrapada en un cuerpo que no sabe habitar, que intenta comprenderse a sí misma y al mundo en el que vive, desde su infancia en una familia de clase obrera en el barrio de San Blas, arrasado por la heroína en los años ochenta, hasta las noches clandestinas en el centro de Madrid de los noventa. Como en una versión bastarda del viaje del héroe, yonquis, divas pop y ángeles caídos la acompañan en un viaje vital en el que, al final, serán otras mujeres quienes le ayuden a superar la violencia que encuentra a cada paso.
La mala costumbre es una novela cruda y feroz, pero también poética y conmovedora, en la que los extremos se tocan para mostrarnos por qué el resentimiento y la rabia contra el sistema son completamente válidos para sobrevivir en una sociedad que no acepta a los que son diferentes.
Dueña de un universo creativo único en el que conviven el teatro, la historia clásica y el activismo, Alana S. Portero debuta en la ficción con esta novela deslumbrante que se ha convertido en un fenómeno editorial internacional antes de su publicación.
¿Qué pasa cuando nacer no es suficiente para que te vean?
Hay libros que no se leen..se viven. La mala costumbre es uno de ellos. No es solo la historia de una niña trans creciendo en un barrio obrero de Madrid en los 80 y 90. Es la historia del silencio, de la vergüenza impuesta, del miedo cotidiano. Pero también es la historia del deseo de ser, de la búsqueda del propio nombre, del cuerpo, del lugar en el mundo.
Leer este libro es como mirar a alguien que está hablándote desde una herida abierta. Con una valentía tan brutal que a veces te incomoda, te duele, pero no podés dejar de mirar. Porque esa voz, la de la protagonista (que es la niña que fue Alana, pero también tantas otras), no está pidiendo permiso. Está diciendo: estuve acá. Aunque no me vieras. Aunque te hicieras el ciego.
Portero escribe con una honestidad feroz. Hay momentos duros, sí. Abusos, soledad, miseria, golpes, pero también hay una poesía silenciosa incluso en lo más roto. Porque hasta en el barro hay belleza, y la autora sabe encontrarla. Y eso es lo que más me impresionó: cómo se puede narrar tanto dolor sin caer en el morbo, sin gritar, solo dejando que el lenguaje haga su trabajo como una corriente subterránea.Y si bien hay rabia, también hay ternura. Mujeres que salvan, amigas que abrazan, espacios que permiten existir. Hay mucho amor en este libro, aunque no siempre sea evidente. Amor por quienes luchan, por quienes acompañan, por quienes sobreviven.
La frase que mas quedó resonando en mi mente:
“Me había acostumbrado a vivir como si no existiera. Y cuando una se acostumbra a eso, lo más duro es permitirse la alegría.”
Este es un libro que no se olvida fácil... es necesario. Porque pone en palabras lo que muchas veces se tapa, dando voz a quien no la tuvo. Porque, como dice la autora, “la infancia trans existe” y merece ser contada.
Mi calificación para este libro es: 4,5/5